Un Bautismo de Agua es el primer rito de iniciación en la Iglesia Carpocrática Romana. No se realiza para la salvación—pues la salvación es universal e inevitable—sino para la intención, la confesión y la transformación. Quienes toman este bautismo inician su camino en Sabiduría.
Aunque sirve como iniciación en nuestra Iglesia, no es un acto único. Así como la confesión puede hacerse cuantas veces sea necesario, así también el gnóstico puede volver al agua para buscar renovación, revelación o liberación. Sea como primer compromiso, reafirmación o rito sanador, el bautismo puede recibirse cada vez que el gnóstico sienta el llamado. Es el comienzo del camino gnóstico, pero Sabiduría recibe con los brazos abiertos a todo el que regresa al agua, una y otra vez.
¿Quién puede recibir un Bautismo de Agua?
Cualquier persona que pueda confesar. Los bebés y niños pequeños no necesitan bautismo, pues nacen inocentes y sin pecados que confesar.
I. Bautismo Solitario – Para Quien Está a Solas
Para buscadores solitarios con agua fresca y viva.
Preparación: Encuentra agua viva—río, lago, océano, o simplemente un recipiente con agua limpia. Asegura la soledad.
El Rito:
- Colócate ante el agua. Pon una mano sobre tu corazón y pregunta:
“¿Qué entrego al agua?” - Confiesa en voz alta aquello que dejas en el agua.
- Cuando termines de hablar, susurra:
“Busco la fuente de Sabiduría, para no tener más sed.” - Entra en el agua (o viértela sobre ti), diciendo:
“Que el agua me revele ante mí mismo(a).” - Al salir, proclama:
“Renazco en el agua. El Reino está dentro de mí y más allá de mí.”
II. Bautismo Presencial – Las Aguas Compartidas
Para quienes tienen un(a) ministro(a) y agua fresca y viva.
El Rito:
- El/La ministro(a) pregunta: “¿Qué deseas dejar en el agua?”
- La persona candidata confiesa en voz alta.
- El/La ministro(a) pregunta: “¿Qué es lo que buscas?”
- La persona candidata responde: “Busco la fuente de Sabiduría, para no tener más sed.”
- El/La ministro(a) proclama: “Entonces, que el agua te revele ante ti mismo(a).”
- La persona candidata se sumerge (o el agua se vierte sobre ella).
- El/La ministro(a) unge su frente, diciendo: “Renaces en el agua. El Reino está dentro de ti y más allá de ti.”
- La comunidad le da la bienvenida con un abrazo o un beso santo.
III. Bautismo Remoto – Acción Espiritual a Distancia
Para quienes no pueden estar presentes físicamente, pero desean a un(a) ministro(a) y disponen de una taza de agua fresca y viva.
El Rito:
- El/La ministro(a) pregunta: “¿Qué dejas hoy en el agua?”
- La persona candidata pronuncia su confesión en voz alta.
- El/La ministro(a) pregunta: “¿Qué es lo que buscas?”
- La persona candidata responde: “Busco la fuente de Sabiduría, para no tener más sed.”
- La persona candidata alza la taza de agua y susurra: “Que el agua me revele ante mí mismo(a).”
- Luego, se salpica el agua en el rostro.
- El/La ministro(a) y los testigos proclaman: “Renaces en el agua. El Reino está dentro de ti y más allá de ti.”
IV. Bautismo por Poder – Las Aguas Compasivas
Para quienes no pueden bautizarse a sí mismos(as) pero tienen un(a) representante con agua fresca y viva.
El Rito:
- La persona candidata confirma su intención a distancia.
- (Confesión Opcional) Si la persona candidata puede, expresará su confesión en voz alta antes de que la persona representante entre al agua.
Si no puede hablar, puede escribirla, o guardarla en su corazón.
El/La representante puede recibirla en silencio en su nombre. - El/La representante prepara el recipiente con agua y declara: “Estoy en lugar de [nombre de la persona], quien busca la fuente de Sabiduría.”
- Si hubo confesión, el/la representante puede añadir: “En estas aguas, doy testimonio de lo que él/ella ha dejado.”
- El/La representante se sumerge, diciendo: “Que el agua le revele ante sí mismo(a).”
- La persona candidata (si es posible) responde: “Renazco en el agua. El Reino está dentro de mí y más allá de mí.”
- De lo contrario, el/la representante responde: “Renaces en el agua. El Reino está dentro de ti y más allá de ti.”
V. Bautismo por Lluvia – Confesión ante los Cielos
Para quienes confían en que los cielos los bauticen. La naturaleza es el ministro y la portadora del agua.
- Ponte de pie bajo la lluvia, mirando hacia arriba, con los brazos abiertos.
- No invoques ni tomes el agua por ti mismo(a)—espera a que llegue cuando quiera.
- Si hay tormenta, acepta la tormenta. Si es llovizna, acepta la suavidad.
- Habla al cielo:
“Dejen que los cielos derramen su bendición, como el río abrazó Magdala.” - Confiesa ante los cielos. Asegúrate de que la lluvia te escuche.
- Siente las gotas como las manos de Sabiduría sobre ti.
- Di:
“La naturaleza es mi ministro. El cielo es mi testigo. La lluvia es mi pila bautismal. Que el agua me revele ante mí mismo(a).” - Permanece bajo la lluvia hasta que sientas que es suficiente.
– No te apresures. Sabiduría decide cuándo termina el bautismo. - Cuando sientas que has concluido, proclama:
“Así como la lluvia me baña, renazco en el agua. El Reino está dentro de mí y más allá de mí.”
VI. Bautismo Grupal – La Cadena de Sabiduría
Para confesión y transformación colectiva. Cada persona tiene agua fresca y viva. La última completa el bautismo de la primera.
- Las personas se ponen en círculo, cada una con un recipiente de agua.
- La primera persona coloca una mano sobre su corazón y dice:
“Antes de entrar al agua, pongo ante ustedes lo que me pesa.” - Confiesa en voz alta (o en susurros si prefiere), pero aún no es bautizada.
- En vez de ello, toma su recipiente y se dirige a la siguiente persona, preguntando:
“¿Qué pones tú ante el agua?” - La segunda persona confiesa, y la primera la bautiza, diciendo:
“Que el agua te revele ante ti mismo(a).” - La nueva persona bautizada alza ahora su propio recipiente, se vuelve hacia la siguiente y repite el proceso.
- Se continúa así en el círculo—una cadena de confesión, acompañamiento y bautismo—hasta que sólo quede la primera persona sin bautizar.
- La última persona en la cadena se vuelve hacia la primera y dice:
“Has esperado después de todos nosotros. Ahora, que el agua te revele ante ti mismo(a).” - La última persona bautiza a la primera.
- El grupo toma de las manos y dice al unísono:
“Renacemos en el agua. El Reino está dentro de nosotros y más allá de nosotros.”